El graffiti y el muralismo son unas materias primas del paisaje urbano en todas partes del mundo, llenando cada raja y grieta de cada superficie y convirtiendo el paisaje gris y monótono de la ciudad en algo colorado y visualmente interesante. En el barrio de la Misión de San Francisco, ambas formas de arte callejero son prevalentes e integrales a la identidad cultural del área urbana. Para muchos, estas dos formas de arte de la calle son difíciles de diferenciar, pero si hablas con algún artista que la crea una de ellas, hay unas distinciones principales que los hacen dos movimientos artísticos separados que también vienen de orígenes históricos diferentes. 

Primeramente, el graffiti es una práctica en contra de la ley y es definido por su ilegalidad. Las artistas de graffiti mayormente trabajan durante la noche para evadir las autoridades mientras los muralistas producen su arte en el ojo del público. El muralismo, sí, a veces puede ser ilegal pero en más casos que no los murales son creaciones aprobadas por un dueño de una empresa, por un gobierno de una ciudad o por una organización. Otra diferencia es el estilo del arte. El graffiti está mayormente basado en el uso de las letras y el juego con la estructura y los colores de las letras, una costumbre que ha estado desarrollándose hasta los años sesentas pero que ganó más popularidad después de un boom de graffiti que creció conjuntamente con el género musical hip hop en Nueva York en los años ochentas (White, 5). El muralismo abarca una gran multitud de estilos artísticos y específicamente en el barrio de la Misión en San Francisco la práctica artística tiene raíces en el movimiento contra la intervención del gobierno estadounidense en Centroamérica (Ramirez). Pero a pesar de sus orígenes y estilos inconsistentes, estas formas de crear en las superficies de edificios, paredes y aceras muchas veces juegan un papel similar de comunicar mensajes políticos y de liberar la gente. 

Clarion Alley, entre la calle Mission y la calle Valencia

La historia del muralismo en la Misión empezó en el comienzo de los años 80 después de una inmigración masiva de gente centroamericana huyendo de guerras civiles en sus países. La participación y facilitación política del gobierno estadounidense causó protestas de activistas en San Francisco de muchas formas, incluyendo a través del arte. Los primeros murales comunales en la Misión en los callejones famosos, Clarion Alley y Balmy Alley, fueron murales de solidaridad centroamericana de este movimiento político, y este papel disidente se ha quedado como el objetivo de los murales hasta hoy en día (Ramirez). Además de una forma importante de arte pública, los artistas muralistas en la Misión siempre tienen algo importante para decir, y el lienzo de murales constantemente giratorio a manos de las contribuciones de muchos artistas quienes siempre están creando algo nuevo, es una ubicación poderosa para diseminar estos mensajes. 

El graffiti también empezó como una herramienta para expresar mensajes disidentes y políticos. Los orígenes modernos del graffiti son de los años 60 en Filadelfia cuando un estudiante del colegio, Daryl McCray, comenzó pintando la palabra “Cornbread” con la pintura de aerosol en edificios que tenían un papel cómplice en la opresión sistemática y brutalidad de la que su comunidad fue víctima, como los edificios de tribunales y las estaciones de la policía.

Cornbread, fuente: https://www.paradigmarts.org/collections/cornbread

En los años 80s in Nueva York la escena de graffiti explotó con el aumento del hip hop y se convirtió en una forma de arte comunitario para los jovenes negros y latinos, y para todos los jóvenes que se sentían desempoderados. El acto de reclamar un espacio público, ya sea un edificio, una pared o una señal de tráfico, es una manera de ser visto y de finalmente tener control para personalizar los espacios urbanos en que existe esta gente marginalizada pero no fueron construidos para esta gente (White, 4). En centros urbanos, como el barrio de la Misión en San Francisco que es una área llena de graffiti, el graffiti mezcla el arte y el activismo, creando algo que celebra cultura y comunidad de espacios que muchas veces son abandonados por gobiernos locales. 

Ya que hay motivaciones y valores muy comparables que tienen ambos el graffiti y el muralismo, no es sorprendente que hay muchos casos en donde unas personas que empezaron como artistas callejeros ilegales de graffiti se convirtieron en artistas legales o más “legítimos”. Un ejemplo muy obvio es Banksy, un artista inglés “rogue” cuyo arte se transformó en unas de las obras más caras del mundo del arte. Unos ejemplos más que también son bien conocidos de este fenómeno son Jean-Michel Basquiat y Keith Haring.

Basquiat haciendo el graffiti, fuente: https://artcentron.com/2018/05/05/jean-michel-basquiat-teenage-years/

Haring haciendo el graffiti, fuente: https://www.pbs.org/wgbh/roadshow/articles/keith-haring-how-graffiti-entered-the-mainstream/

Localmente en San Francisco hay un artista, APEX, quien representa este camino artístico también. El nació en San Francisco en 1978 y empezó a pintar el graffiti a la edad de 7 años (Jacoby). Hoy en día APEX, cuyo nombre legal es Ricardo Richey, es un muralista respetado y solicitado quien se lanzó al éxito con la ayuda de la organización basada en comunidad en la Misión, Precita Eyes.

Apexer en frente de su mural para Zoox, fuente: https://zoox.com/journal/san-francisco-apexer-mural

Sus trabajos recientes juegan con las estructuras clásicas de graffiti para crear visuales más abstractos y geométricos que son inspirados por su ciudad natal, San Francisco (Recinos). Su mural más reciente está ubicado en la oficina de la compañía de vehículos autónomos, Zoox, una ubicación que puede ser entendida como un colocacion en conflicto con los valores del arte “rogue” como graffiti porque los vehículos autónomos son muy conectados con el auge de la tecnología en San Francisco que ha desplazado tanta gente con raíces en el Bay Area (“San Francisco Artist APEXER”). Esta dicotomía representa una relación muy interesante entre arte sancionado, como el muralismo, y el arte ilegal, como el graffiti. 

A pesar de las varias similitudes que comparten el muralismo y el graffiti, también existe una tensión y una separación entre estas dos formas de arte callejero. En la Misión esta tensión es menos prevalente porque el muralismo todavía tiene una actitud que da prioridad a la comunidad local y aborda temas de injusticias sociales sin apoyar solamente el mundo de arte capitalista, pero todavía hay una pelea por espacio en las paredes de la Misión. Hay unas reglas tácticas del mundo de graffiti en que los trabajos más grandes pueden cubrir los que son más pequeños — los “throw ups” pueden cubrir los “tags”, los “pieces” pueden cubrir los “throw ups” y los “burners” pueden cubrir los “pieces” — pero depende del artista a quien preguntas si los murales encajan en esta jerarquía del arte callejero.

Un “tag”

Un “throw up”

Un “piece”

Un “burner”

Es probable que los jóvenes que hacen graffiti y los muralistas tengan un entendimiento similar sobre la temporalidad del arte callejero. Para ellos la ciudad es un cuadro siempre cambiante, predestinado a ser pintado y repintado una y otra vez, y por esa razón especialmente en la Misión los callejones llenos de arte nunca se quedan el mismo por más de unos días. Es común ver un mural que ha sido cubierto con graffiti en todas partes de la ciudad incluyendo en la Misión, pero en la Misión hay una atmósfera de más unión. Puedes ver graffiti y muralismo coexistiendo en varios callejones, mezclando juntos sus usos de color y estilo, abordando en los mismos temas y colaborando para crear un espacio urbano lleno de decoración artística significativa para la gente de Misión.  

Al final, el graffiti no puede existir sin el muralismo, y el muralismo no puede existir sin el graffiti. Tienen una relación simbiótica en la Misión, los dos están trabajando hacia metas de libertad de expresión y cambio. Hay un valor irrefutable de permitir ambas formas de arte callejero coexistir en la Misión. Entre ambos, hay un lugar y espacio para cualquier persona que quiere contribuir en una manera artística a este paisaje urbano. A pesar de sus orígenes diferentes, crean un clima artístico irremplazable en este barrio de San Francisco lleno de vida, arte y poder.   

 

Referencias

“Exploring the Rise of Graffiti: The Evolution of Street Art in Mainstream Culture.” Lazerian, 19 June 2023, lazerian.com/blog/street-art-exploring-the-rise-of-graffiti-in-mainstream-culture/.

“The Impact of Graffiti and Murals on Urban Culture.” ATX Fine Arts, www.atxfinearts.com/blogs/news/the-impact-of-graffiti-and-murals-on-urban-culture. Accessed 29 Oct. 2024.

Jacoby, Annice. Personal interview. 18 October 2024. 

Ramirez, Mauricio. “Central American Solidarity Murals of the Mission District.” Digital Publication Proyecto Mission Murals, SFMOMA, 16 Sept. 2022, www.sfmoma.org/essay/central-american-solidarity-murals-of-the-mission-district/.

Recinos, Eva. “Inspiration in the Streets: How Street Artist APEX Has Evolved Along With San Francisco.” Complex, Complex, 8 July 2015, www.complex.com/style/a/eva-recinos/apex-interview.

Ronan, Daniel. “These Walls Talk: The Role of Urban Murals and Graffiti in Historic Preservation.” National Trust for Historic Preservation, 29 Oct. 2014, savingplaces.org/stories/walls-talk-role-urban-murals-graffiti-historic-preservation.

“San Francisco Artist APEXER Paints Vibrant Mural for Zoox.” Zoox, 27 Aug. 2024, zoox.com/journal/san-francisco-apexer-mural.

White, Ashanti. “From Primitive to Integral: The Evolution of Graffiti Art.” Journal of Conscious Evolution, vol. 11, no. 11, June 2018, pp. 1–13, https://digitalcommons.ciis.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1077&context=cejournal.